viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3866
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TEMOR A UN SEPTIEMBRE NEGRO

*Por Jorge Joury.- Devaluación, inflación, recesión, ola de despidos en el Estado y en la industria, además de un aumento de la pobreza. Es el cóctel que mete miedo, justo en medio de la conflictividad gremial. Es la radiografía que hacen por estas horas los economistas más pesimistas, después de los anuncios de Macri. El Presidente utilizó la palabra "emergencia" y le puso la piel de gallina a toda la sociedad. No obstante, desde la oposición coinciden en que al discurso le faltó autocrítica sobre los desaciertos que se cometieron


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Y encima, el dólar lejos de aplacarse, se sigue mostrando indomable.En medio de este escenario, Nicolás Dujovne viajó a Washington con Caputo, titular del Banco Central. Van a pedirle a Cristine Lagarde que abra generosamente su mano con el envío de fondos para que el país no vuelva a tropezar con el default. El ministro de Hacienda quedó muy debilitado por la rosca del fin de semana y con fecha de vencimiento. A él  también lo alcanzó la devaluación y perdió poder político. Hubo fuertes intentos para reemplazarlo por el economista Carlos Melconián y agregarle el soporte de Alfonso Prat Gay en la Cancillería. Además, los radicales se negaron a sumar jugadores al gabinete como Martín Lousteau y Ernesto Sánz. Nadie quiso hacerse cargo de la papa caliente. Todas las idas y vueltas dejaron en evidencia cierta fragilidad en la toma de decisiones en lo más alto del poder.
Finalmente, después que Dujovne pusiera tres veces a disposición su renuncia, a la Casa Rosada no le quedó otra salida que darle un ticket de avión y pedirle que hiciese las valijas. ¿Y ahora?. Es la pregunta que muchos se hacen frente a cómo reaccionará el Fondo ante la poca seriedad que muestran las negociaciones con un Gobierno apurado por anestesiar a los desconfiados mercados. Dujovne dijo que el acuerdo estará sellado en dos semanas.
El ala más dialoguista de Cambiemos imaginaba otro escenario, con un cambio de gabinete más profundo y un acercamiento hacia el peronismo federal para poder enderezar el barco por la vía del consenso.
Con pronóstico de otra tormenta en puerta, María Eugenia Vidal empezó a abrir el paraguas para atemperar los coletazos, teniendo en cuenta que su territorio es el más inflamable del país. Con una inflación anual que el Gobierno prevé en el mejor de los casos en 42%, las alarmas se dispararon por todos los rincones. 
Devaluación, suba de impuestos, recesión, caída del empleo y del poder adquisitivo, todo pega antes y más duro en el Conurbano. Ya no solo la mirada se posa en el siempre tan temido diciembre rojo, sino que a lo que se apunta es  evitar ahora un septiembre negro y que la bomba no estalle en los distritos más pobres. 
La preocupación es grande por la desenfrenada suba de los alimentos, naftas, transporte, remedios, tarifas de luz y gas, paritarias indefinidas, el empleo en PyMes y las tarjetas de crédito, entre otros. Son rubros que se verán directamente afectados por la devaluación y la tasa de interés del 60% que fijó el Banco Central. Con la mayoría de los gremios negociando paritarias, la proyección de la inflación pone en un terreno de dudas el futuro de las pautas salariales y presagia fuertes picos de tensión.
Luego del discurso en el que Mauricio Macri admitió que los niveles de pobreza aumentarán en adelante e impactará fuerte la crisis cambiaria en los sectores bajos, la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley anunció al menos cinco medidas para atender a este segmento de la población. No obstante, los anuncios no lograron calmar los ánimos en los movimientos sociales, que ya se pintaron la cara y ratificaron el plan de protestas.
Los dirigentes calificaron de "insuficientes" a las medidas y  prometieron empezar a ganar la calle desde hoy.Se extenderán hasta sumarse el 25 de septiembre al paro nacional convocado por la CGT. Desde el Movimiento Evita y Barrios de Pie adelantaron que el plan de lucha contemplará ollas populares y numerosos cortes de ruta.
Desde el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, su director, Agustín Salvia, también coincidió que las medidas anunciadas apuntan a una situación de emergencia pero no resuelven los problemas de fondo de la pobreza.
Si bien Macri admitió que habrá un aumento de la pobreza, no dio números. Pero desde la UCA adviertieron que podría alcanzar al 30% en las próximas mediciones, lo cual significa 2 o 3 puntos más
 en relación al 2017.
Frente a este escenario, en la gobernación empezaron a elaborar un plan de contención social. Vidal no quiere que falten alimentos en los barrios más carenciados. Pretende un fondo de mil millones de pesos con recursos que provengan de todas las áreas de su gobierno que se ajusten el cinturón. 
La gobernadora  presiente que con la nuevas medidas, las tensiones sociales le van a ir en aumento, mientras crecieron rumores de saqueos en algunos distritos, entre ellos Tres de Febrero. Por eso le ordenó a su ministro de Desarrollo Social, Santiago López Medrano que ultime detalles para reforzar la entrega de comida en los barrios. La mandataria adelantó que tendrá un encuentro de ministros casi constante para ir monitoreando la situación. También le recomendó a sus funcionarios que "si no podemos arreglar la cuestión económica, al menos tenemos que mostrarnos cerca de la gente para que no se nos escape el control de los barrios".
Un veterano intendente  con muchos años en las gestión, dio su diagnósitico. " La mayoría de las familias no pueden pagar la luz y están enganchadas. Se nos cayó la recaudación porque muchos vecinos no pueden pagar y priorizan comer. Esto se parece al 2001 y si seguimos así, vamos a terminar en un verdadero incendio. Hay que apagar el fuego urgente. La calle se está poniendo muy pesada", manifestó. 
Mientras tanto, un informe del Instituto de investigación del movimiento Libres del Sur que preside Jorge Ceballos, informó que el índice de malnutrición alcanza al 45,7% de los niños de entre 6 y 10 años del conurbano. Son valores similares a los del 2014/2015.Lo que varió, es la cantidad de gente que llega a los comedores. La muestra pasó de l3.654 niños y adolescentes en 2017 a 23.168 este año. Ceballos manifestó que "cada vez llega más gente que hasta hace poco tenía trabajo o le alcanzaba para comer".
Otro dato a tener en cuenta es que la asistencia alimentaria, por un lado, y la actitud moderada de la dirigencia peronista tanto en los sindicatos como en los movimientos sociales, afortunadamente han funcionado como una suerte de amortiguador para que la situación no se desmadre. Pero si el Gobierno no logra retomar el control de la economía, el riesgo es que la bomba de tiempo que acumula la tensión social pueda explotar en cualquier momento.
Ni Macri ni Dujovne explicaron cuál es el plan económico para salir de la estanflación que afecta a la Argentina. Vale entonces preguntarse: ¿Será necesario reestructurar la deuda local antes de fines de 2019? ¿Qué pasará con las necesidades de financiamiento para 2020 si no hay desembolsos previstos del FMI? .
Macri debe entender que no queda tiempo que perder. El salario real, las jubilaciones, y ayuda social se están pulverizando a pasos agigantados. Hay que encontrar al bombero, porque ningún país puede avanzar con un esquema de devaluación permanente.
 
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónico es[email protected]. Si querés consultar su blogs, podés dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.

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