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Opinión y reflexión:; "No educamos machos"
Por Paula Lambertini.- *Psicóloga. Especialista en problemáticas de género. Militante peronista y feminista. Twitter: @plambertini. "En La Plata se quintuplicaron los femicidios en el último año, según la Procuración de la Provincia de Buenos Aires. Sí, aunque cueste creerlo, ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, existen 5 veces más asesinatos a razón de género".
Estamos ante un rebrote de las violencias machistas. Esta afirmación no
es una conclusión apresurada de las militantes feministas, se verifica
en nuestra cotidianeidad y en cómo sentimos la crueldad en nuestros
cuerpos y en nuestras vidas. También en los índices: en La Plata se
quintuplicaron los femicidios en el último año, según la Procuración de
la Provincia de Buenos Aires. Sí, aunque cueste creerlo, ahora que
estamos juntas, ahora que si nos ven, existen 5 veces más asesinatos a
razón de género.
Sin dudas, esto ocurre entre otras cosas porque el Estado Nacional
invierte solamente $11 por mujer por año para luchar contra las
violencias machistas, $11 pesos que con cada devaluación nos van dejando
más desamparadas. También en nuestra Ciudad, no se implementa la
Emergencia por Violencia de Género, aunque se declaró debido a la
necesidad de contar con medidas urgentes. Paradójicamente, hace dos años
esperamos que el indiferente Intendente destine recursos para abordar
estas situaciones. La desresponsabilización de los gobiernos nacional,
provincial y local sobre todas las problemáticas sociales- el trabajo,
la producción, la pobreza, la seguridad- no nos exceptúa, y nos deja
doblemente desigualadas. El modelo de Cambiemos genera un profundo
divorcio entre el Estado y nosotres.
Ahora bien, el origen del incremento de la violencia de género está
también en nuestra fortaleza: la masculinidad está interpelada. Si los
femicidios son producto de las violencias machistas llevadas al extremo
y los femicidas no son excepciones sociales, ni locos ni psicópatas, qué
les pasa a los varones. La pregunta se extiende y los alcanza a todos.
Rebobinemos. Con la irrupción de Ni Una Menos en 2015, el movimiento
feminista en la Argentina se masificó y vigorizó. Las mujeres y
disidencias no nos callamos más. Pudimos poner luz a un sinfín de
injusticas que padecemos cotidianamente en todos los ámbitos de la vida
social, el trabajo, la calle, la casa y la cama. Empezamos a construir
un límite a un mandato cultural que naturaliza un modo de regulación de
las relaciones entre los varones y nosotras/es, que nos deja sujetas al
sometimiento.
Dejamos de callar los golpes, los abusos, el deseo impuesto en clave
masculina, las maternidades, cierto modelo de ser madres y ser hijas, el
acoso callejero y laboral y la incondicionalidad, situaciones que
situaban a los varones en una posición dominante. Ahora hay dos salidas
posibles: la reafirmación de los atributos de la masculinidad hegemónica
o la posibilidad de revisar esta posición para darle lugar a un nuevo
tiempo que sepamos construir.
Que se reafirme el modo de pensar, sentir y actuar de los varones en
clave patriarcal implica más muertes, más silenciamiento, más
aislamiento y más crueldad porque cuando nos corremos de la posición
de subordinación, les discutimos el poder a los varones. Eso es
imperdonable para nosotras, pero además es profundamente incómodo para
el patriarcado. Las certezas absolutas -y absurdas- que fundaban el
lugar masculino ya no existen como las conocimos. Lo que se da no se
daba, y las incertezas esmerilan los privilegios. Después de 3 años de
limites sostenidos, y de gran movilización social y afectiva es posible
darle otro cauce a la masculinidades.
Hay un debate: ¿debemos educar a los machos o no? La verdad es que nos
pasamos educando machos: hijos, parejas, amigos, padres, hermanos,
compañeros de trabajo. Las cis y las disidentes. Todas y todes. En
reflexiones profundas, charlas telefónicas, en asesoramientos sobre
como vincularse con nosotras, y fundamentalmente en los límites que
ponemos. Hay en el feminismo un profundo conocimiento sobre los
estereotipos de género que ligan el deseo a la violencia y sus bases
culturales, nunca biológicas.
Los varones sintieron el límite y es tiempo de poder hablar de eso.
Por eso, empezamos a construir un espacio “Conversatorio sobre
Masculinidades. Varones en tiempos de revolución feminista”, desde el
Foro Feminista. La idea es reflexionar colectivamente y poner en
diálogo las violencias, los roles sociales y mandatos que producen un
profundo malestar a todas, todes y también a todos. Para forjar juntos,
juntas y juntes otro destino posible donde reinen el deseo, el amor y la
igualdad.
*Psicóloga. Especialista en problemáticas de género. Militante peronista
y feminista. Twitter: @plambertini